viernes, 5 de junio de 2015

COMPARACION DE LA RUTA GAUDI DE BARCELONA CON LA IGLESIA EL ROSARIO DE SAN SALVADOR.
 
La Barcelona de finales del siglo XIX, la de la Exposición Universal de 1888, era una ciudad en efervescencia en la que la arquitectura vivía un momento notable. La arquitectura se convirtió en aquellos años en un signo de estatus social de la próspera burguesía de la época. Tener una casa modernista significaba figurar, estar al día en los círculos sociales. Para colmar las expectativas y vanidades de sus clientes, los arquitectos utilizaron en su obra todo su repertorio de recursos: ornamentos florales, riqueza escultórica y trabajo del hierro forjado, formas onduladas, vidrieras policromas, esgrafiados, detalles cerámicos, etc. A menudo las grandes ciudades pueden asociarse con edificios y monumentos que se convierten en sus emblemas universales. Éste, sin embargo, no es el caso de Barcelona.
 
La personalidad arquitectónica de esta ciudad se caracteriza más por su paisaje urbano que por grandes singularidades. Uno de los lugares en los que este paisaje urbano es más excepcional es el Eixample, una zona en la que durante los años anteriores y posteriores a 1900 se produjo un fenómeno arquitectónico extraordinario: el Modernismo, la particular versión local del Art Nouveau, corriente de gran explosión creadora que también dejó su huella en la arquitectura de otras ciudades europeas como Viena, Munich, Nancy, Bruselas, Glasgow o Berlín. Un fenómeno, en definitiva, que podemos descubrir paseando de la mano de esta guía. En este lugar se puede considerar que tuvo su primera gran expresión arquitectónica el movimiento modernista.
Con todo, la construcción de los pabellones y las infraestructuras se llevó a cabo en muy poco tiempo y con un alto grado de improvisación. Fue necesario el concierto de arquitectos consolidados, como Josep Fontserè, con jóvenes titulados, como Lluís Domènech i Montaner, que demostró sus impresionantes dotes de dirección y coordinación especialmente en el desaparecido Gran Hotel Internacional, un edificio que albergaba a quinientos huéspedes, que el equipo de Domènech construyó en menos de sesenta días.
 
 
La iglesia el rosario se ha convertido en un lugar de referencia entre el glorioso pasado salvadoreño y el modernismo.
Es uno de los templos de menos antigüedad en el centro histórico, se remonta a los años en que el padre de la democracia salvadoreña, José Matías Delgado, lo que motiva a su construcción fue para sustituir a la iglesia de madera y lamina construida después de los terremotos de 1873, y la orden de santo domingo de guzmán para la construcción de sus respectivas iglesias, es decir la segunda catedral de san salvador en el predio norte de la actual plaza Gerardo Barrios y la iglesia del rosario al de la actual plaza libertad.
En el parque dueñas (hoy plaza libertad), toma de la fiesta general con la que, el 5 de noviembre de 1911, se inauguró el monumento conmemorativo al centenario del primer grito de independencia centroamericana. Los trabajos de construcción de la iglesia el rosario comenzaron en 1964 y se finalizó en junio de 1971, un año más tarde según el decreto N* 38 de la asamblea legislativa del el salvador de fecha 13 de julio de 1972 fue declarada lugar histórico, de esta manera la iglesia más tomada después de la catedral, está la iglesia el rosario.
Edificación que mide 24 metros de ancho y 80 de largo, cuya forma volumétrica es oval, con 22 metros de altura. Posee un diseño moderno con influencias europeas, único en la región. La cubierta del edificio, con forma de parábolas, está formada por escalones, los cuales están compuestos por la parte vertical hecha de rectángulos con vitrales, enmarcados con concreto y la parte horizontal del escalonamiento es solo de concreto. Hacia ambos lados.
 
 

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