jueves, 19 de marzo de 2015

MENTALIDAD SALVADOREÑA



Una sociedad como la nuestra con muchos tabús, con los graves problemas estructurales que tenemos, que necesita un cambio drástico en formas de gestión política y económica. Esos cambios los necesita como una condición esencial de cambio de mentalidad, que quiere decir, un el modo que todos se vean a sí mismos, en como plantean y realizar sus metas y propósitos personales, también su responsabilidad individual y colectiva para poder relacionarse con los demás.



Esto no quiere decir que un cambio de mentalidad genere un cambio social, pero si puede hacer que este último nuca sea posible. Es por eso que el cambio de mentalidad debe ser buscado con  la mayor afinidad posible, nuestra sociedad misma debe embarcarse en hacer un esfuerzo, superar los obstáculos que nosotros mismos los hacemos para no ser alguien en la vida y que pueden ser obstáculos para el cambio social. Existen muchos rasgos de mentalidad vigentes que es necesario cambia cuanto antes.

El infantilismo que ha involucrado muchos ámbitos tanto de la vida privada como pública, desde la religión hasta la misma educación, este término nos lleva a dos ramas las cuales son las que tiene que ver con adultos que son tratados como niños por personas o líderes religiosos y la que, por el otro lado, son adulto que claman por ser tratados como niños, esto que claman es porque su armonía y la responsabilidad individual no tenga ninguna valides, para que puedan ser remplazadas un dejar de hacer y en cual no poder rendir cuentas a nadie y mucho menos cumplir las exigencias de ningún tipo. Esto también nos lleva en cuanto a nuestras relaciones sociales tanto laborales, institucionales y hasta profesionales se infantilizan y es donde ponemos los sentimientos el amiguismo es lo que anula la razón, imponiendo a que estas marquen una pauta de comportamiento. El infantilismo constituye un fuerte obstáculo para el cambio social que nosotros queremos ya que no solo inmoviliza a los miembros de una sociedad, sino que los desresponsabiliza de las cosas dejando en manos de otras “adultos” la decisión que nos pude competer a todos una sociedad.

La otra rama que lleva a tener una mentalidad cerrada o antigua es la de los caminos más fáciles que todos tenemos para llegar a un lograr las metas individuales que todos tenemos y que son fundamentales para nuestra propia vida. No es cuestionable buscar lo fácil y evitar las rutas complicadas cuando se buscan determinados objetivos. Pero no siempre lo que se quiere lograr se consigue de manera fácil. Es decir, hay metas u objetivos personales (y sociales) que exigen un recorrido complejo, porque de esa complejidad (y de las complicaciones que le son inherentes) depende el cumplimiento de la meta u objetivo que se quiere lograr.

Quienes tienen su mentalidad anclada en el “camino más fácil” no escatiman en violar leyes y procedimientos con tal de alcanzar sus propósitos; no les importa la calidad del resultado, sino conseguir algo a cambio de nada; rechazan con violencia las exigencias del camino complicado, aunque este sea inevitable para llegar, como debe ser, a la meta buscada. Esto nos deja con un solo objetivo cambiar nuestra manera de pensar y aceptar los cambios que venga tanto personales como sociedad.  

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